Agradecer a FAMIPED (Familias,
Pediatras y adolescentes en red) la publicación de mi artículo. En este
artículo pretendo concienciar a los profesionales de salud de la importancia de
no diagnosticar a los niños y niñas antes de asegurarse de que las familias
están ejerciendo prácticas educativas basadas en el cariño incondicional y el
control respetuoso.
Este blog contiene textos dedicados a las familias, a los padres y madres para que eduquen con buenas prácticas. Tiene dos enfoques que se complementan: el psicológico y el jurídico. Está escrito por dos grandes profesionales y amigos. Antonio Lafuente y Antonio Ortuño. Esperamos que os sea útil.
viernes, 21 de junio de 2013
lunes, 10 de junio de 2013
La hiperactividad ¿está globalizada?
En un Colegio de 200 alumnos,
en Estados Unidos habría 18 niños o niñas diagnosticados de hiperactividad,
mientras que en Francia sólo 1. En Chile habría 10 niños, y en Etiopía no lo sé, pero me lo imagino. ¿A qué se debe esto? ¿No ha llegado la globalización en los trastornos psiquiátricos?
Entre otras explicaciones, la
psicóloga Marilyn Wedge (http://www.forodemocracia.cl/index.php?/topic/125-%C2%BFpor-que-casi-no-hay-ninos-franceses-hiperactivos-o-con-deficit-atencional/)
aporta
una bastante sencilla. Depende de dónde se enfoque el problema, si la etiología
del trastorno es biológica o contextual. Es decir, los psiquiatras estadounidenses
atribuyen a causas biológicas el trastorno de hiperactividad, mientras sus colegas
franceses lo atribuyen a causas psicosociales, a claves contextuales.
Esto es de vital importancia,
ya que el tratamiento en el primer caso se enfoca en aplicar medicamentos a los
niños, a “patologizar” comportamientos que son normales en la infancia, mientras
que en el segundo caso se señala como sujetos de intervención a los padres, entrenándoles
en habilidades para ejercer la crianza, ya que los padres tienen la responsabilidad de generar un contexto educativo adecuado. En este segundo caso, añado yo, la importancia de “etiquetar”
las conductas de los niños es poco relevante, incluso ineficiente.
Por otro lado, un estudio publicado en la revista Pediatrics (http://pediatrics.aappublications.org/content/131/5/e1584.abstract)
ha hallado que los fármacos mejoran la conducta de los niños
preescolares con trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH), pero
incrementan las posibilidades de padecer trastornos del ánimo y de crecimiento.
Por el contrario, el entrenamiento a los padres para comprender y atender las
necesidades de su hijo puede lograr lo mismo sin efectos secundarios. Aunque yo
añadiría que, efectivamente no hay efectos secundarios, pero que donde haya cariño
y firmeza que se quite cualquier fármaco. No puede ser nunca lo mismo.
Conclusión, ¿qué hacemos dando
medicación a los niños? ¿Y encima a menores de 6 años? ¿A quién interesa dar
medicación?
Está claro que, aunque se usen
fármacos, el trabajo con los padres siempre es prioritario. Dar medicación sin aportar
herramientas educativas a los padres me parece éticamente insostenible. Pero
también me parece impresionante que alguien se atreva a poner la etiqueta de
hiperactivo a un niño menor de 6 años.
viernes, 7 de junio de 2013
15 años y un día
Hoy se estrena la película de
Gracia Querejeta 15 años y un día. Ayer tuve el placer de verla en preestreno,
y os comento algunas impresiones.
Breve resumen de la historia:
adolescente con problemas, a su madre le viene grande la situación, y decide
enviarle una temporada con su abuelo.
Considero que expresar en
menos de dos horas vivencias de la adolescencia, que te ayuden a reflexionar, a
emocionarte, a sacar conclusiones, es muy complicado. ¿Cómo llega un chaval de
14 años a realizar actos antisociales? ¿Por qué le gusta ser malote? ¿Por qué
esa ausencia de perspectiva y de motivaciones?
un chaval vive en el
desamor o en el descontrol, o en ambos, casi se asegura que va a tener
problemas. Jon, el protagonista, no recibe ambas funciones con consistencia y
respeto.
La madre representa el amor, el
cariño, la disponibilidad, la incondicionalidad. Pero falla en el control
respetuoso (sermones, excesiva dependencia, falta de confianza, preocupación
desbordada). El abuelo intenta gestionar el control, la firmeza, la coherencia.
Pero falla en el plano emocional, en el respeto, en la confianza. Desde el
punto de vista educativo, la mezcla de ambos ayudaría al chaval a seguir
adelante.
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