Una educación inteligente tiene que estar lo más exenta posible de
castigos.
El castigo, cuando se aplica, tiene el inconveniente
de que el problema recae siempre en el campo del adulto. Por la forma de
decirlo, por la forma de aplicarlo, los padres son los que deciden. Y claro,
deciden mal. Son los que disponen las reglas de juego, los que “exigen” que se
haga algo o se deje de hacer. Hacen de jueces, de policías, de protagonistas de
la película, y con ello, empequeñecen a su hijo. No se fomenta la toma de
decisiones ni la responsabilidad de los hijos. Lo único que se consigue es que
el control de la situación siga estando en el campo de acción del adulto. Para
que un niño crezca tiene que aprender a tomar decisiones, y los conflictos son
una buena oportunidad para entrenarlas. Para ello el control ha de situarse en
el campo de acción del niño. Los hijos tienen que creer que sus padres le van a
ayudar a resolver sus problemas cuando lo estimen necesario.
veo inconvenientes en el castigo:- Es reactivo: viene a destiempo, el hijo ya toma una decisión y de forma
inesperada, se le castiga. Eso no educa, no ayuda a anticipar, a prevenir, a
madurar.
- El castigo suele ir acompañado de gritos, humillaciones y violencia, por
lo que se produce malestar emocional en los hijos. Secuestrado por la ira, el
cerebro del menor le cuesta madurar.
- Enseña lo que no se tiene que hacer.
- Es una demostración de poder desequilibrada, desproporcionada.
En el castigo, los padres tienen dos
problemas: forzar al hijo a hacer algo que no quiere hacer y no darle o
quitarle algo que quiere. Dos problemas, dos preocupaciones... y la única
respuesta que le dejamos al hijo es la rabia alimentada por la percepción de
injusticia.
Una educación inteligente tiene que estar lo más exenta posible de
castigos.
El castigo, cuando se aplica, tiene el inconveniente
de que el problema recae siempre en el campo del adulto. Por la forma de
decirlo, por la forma de aplicarlo, los padres son los que deciden. Y claro,
deciden mal. Son los que disponen las reglas de juego, los que “exigen” que se
haga algo o se deje de hacer. Hacen de jueces, de policías, de protagonistas de
la película, y con ello, empequeñecen a su hijo. No se fomenta la toma de
decisiones ni la responsabilidad de los hijos. Lo único que se consigue es que
el control de la situación siga estando en el campo de acción del adulto. Para
que un niño crezca tiene que aprender a tomar decisiones, y los conflictos son
una buena oportunidad para entrenarlas. Para ello el control ha de situarse en
el campo de acción del niño. Los hijos tienen que creer que sus padres le van a
ayudar a resolver sus problemas cuando lo estimen necesario.
veo inconvenientes en el castigo:- Es reactivo: viene a destiempo, el hijo ya toma una decisión y de forma
inesperada, se le castiga. Eso no educa, no ayuda a anticipar, a prevenir, a
madurar.
- El castigo suele ir acompañado de gritos, humillaciones y violencia, por
lo que se produce malestar emocional en los hijos. Secuestrado por la ira, el
cerebro del menor le cuesta madurar.
- Enseña lo que no se tiene que hacer.
- Es una demostración de poder desequilibrada, desproporcionada.
Hola, muy interesante tu reflexión, pero me gustaría que me orientaras un poco, en ese sentido de no proporcionar castigos ¿cómo se puede sancionar una conducta equivocada? es decir, si el niño o niña ya han cometido la falta y han tomado la decisión de cometerla cómo les hacemos ver que esas decisiones equivocadas tienen consecuencias?
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