Mi mundo profesional está repleto de palabras que empiezan por “C”. Yo me dedico, como psicólogo y terapeuta familiar, a asesorar y a “entrenar” a padres y madres para puedan ejercer unas prácticas educativas basadas en el amor incondicional y el control respetuoso. Cuando digo entrenar, me refiero a acompañar en su proceso de ser padres para resolver sus conflictos con sus hijos/as en la actualidad y prevenir los que le puedan venir. Y en mi trabajo es habitual utilizar palabras como cariño, coherencia, continuidad, competencia, cuidados, credibilidad, control, creatividad, corresponsabilidad, constancia, claridad, confianza….
La idea de iniciar esta aventura digital para mí era explorar vías y caminos para realizar mi trabajo con ciertas garantías de éxito en la distancia, asegurando que esos procesos de cambio novedosos aseguren las condiciones para el aprendizaje de ser papás y mamás.
En la unidad 1 del curso de Innovación en la Formación Continua y herramientas 2.0, me encuentro de nuevo con palabras que empiezan por “c”. Viejas conocidas y algunas novedosas. Conductismo, cognitivismo, constructivismo, conectivismo. Aprendizaje caótico, continuo, complejo, cocreativo, conectado, conceptual, en comunidad.
Mi objetivo futuro es coordinar y complementar (seguimos con las “c”) el aprendizaje presencial y el no presencial, el aprendizaje en un contexto estructurado a un aprendizaje menos estructurado, de un control externo profesional a un autocontrol, intentando aglutinar lo mejor de lo anterior (constructivismo) e ir más allá (conectivismo).
La lectura del módulo 1 me provocan nuevas ideas y me surgen dudas. No sé si es posible educar con buenas prácticas, aprender competencias parentales sólo y exclusivamente con el conectivismo como bandera. Como final de proceso no está nada mal el que surja el aprendizaje autoregulado, independiente e informal a través de comunidades virtuales o el desarrollo de conexiones informales a través de las redes sociales, generando los propios entonos personales de aprendizaje. Pero me temo que en mi ámbito profesional, un porcentaje muy bajo de padres y madres tendrían las competencias adecuadas para llegar al conectivismo a la primera.
Calidez y afecto en las relaciones, reconocimiento de los logros evolutivos, control y supervisión del comportamiento infantil, fomento de la confianza, estimulación y apoyo al aprendizaje, planificación de las actividades y tareas, orientación hacia el futuro, adaptabilidad a las características del niño/a, flexibilidad, perspectivismo, percepción ajustada del rol parental, satisfacción en la tarea de ser padres y madres, responsabilidad ante el bienestar del niño, visión positiva del niño y de la familia, buscar ayuda de personas significativas, estrategias de afrontamiento ante situaciones de estrés… estas competencias parentales ¿se pueden aprender sólo y exclusivamente con el conectivismo?
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