Este blog contiene textos dedicados a las familias, a los padres y madres para que eduquen con buenas prácticas. Tiene dos enfoques que se complementan: el psicológico y el jurídico. Está escrito por dos grandes profesionales y amigos. Antonio Lafuente y Antonio Ortuño. Esperamos que os sea útil.

lunes, 2 de junio de 2014

Atender y entender las rabietas infantiles



Las rabietas, pataletas o berrinches son uno de los temas que más se consultan a los profesionales. Cómo atenderlas, cómo entenderlas. Es algo que toca vivir a todos los padres en diferentes momentos evolutivos.

En cada hogar hay un oleaje de las rabietas. Cada ola es una rabieta, que viene con una frecuencia determinada, que dura un tiempo, y que tiene su altura o intensidad. En educación no existen las piscinas, siempre hay olas. De lo que se trata es de que esas olas no nos ahoguen, o incluso que lleguemos a disfrutar de ellas.

Educar significa pasar de ser imprescindibles a prescindibles, de tomar los adultos todas las decisiones a que las tomen poco a poco los hijos. El bebé apegado y dependiente tarde o temprano querrá empezar a hacer las cosas por sí mismo. Busca su independencia de forma progresiva y para ello tiene que desapegarse. Necesita apego, pero también desapego. Es un proceso de aprendizaje, donde se está entrenando para la vida. Y donde se tiene que sentir acompañado, no vigilado. En cualquier situación de aprendizaje puede aparecer la frustración. Por eso, en ese traspaso de responsabilidades, del “nosotros decidimos por ti” al “tú decides”, tienen mucho sentido las rabietas.


Hay que llevarse bien con las rabietas infantiles. No hay otra salida. Hay que pensar que son situaciones que nuestro hijo no puede controlar y que necesita de un control externo respetuoso y coherente. Las rabietas pueden ser señales de mal enfoque por parte de los adultos. Un psicólogo infantil no puede hacer nada apara ayudar a un niño a controlar las rabietas. El niño no tiene herramientas. Un psicólogo infantil si puede hacer mucho para ayudar a los padres para que sepan reaccionar ante las rabietas con inteligencia. Tienen herramientas, y si no, las pueden aprender. Cuando vienen a terapia los padres, y me describen con todo lujo de detalles como su hijo se pone como si fuera el hijo del exorcista, yo siempre les pregunto ¿y qué ha pasado antes? ¿Qué decisiones habéis tomado? ¿Qué le has dicho? ¿Cómo se lo has dicho?

Las rabietas son los primeros brotes de la emoción de la ira. Y la ira, aunque tiene mala prensa, es una respuesta natural que nos ayuda a adaptarnos ante situaciones que percibimos como injustas. Gracias a la ira reaccionamos ante las injusticias de nuestro alrededor, nos ayuda a sobrevivir.

¿Y qué puede percibir como injusto un niño? Pues muchas cosas:

-         Si decide estar  jugando y se le dice que se tiene que bañar,
-         si está jugando en el baño y se decide que se tiene que salir,
-         quiere volver a jugar y se le dice que se peine.
-         ¿Seguimos?

Normalmente es una incompatibilidad en las decisiones. Decidimos algo los padres que al niño no le gusta, o quiere decidir algo el niño que no le dejamos. Es el inicio de la rabieta. Las incoherencias adultas, los imprevistos, la falta de cariño, la escasa empatía, el exceso de explicaciones, el descontrol emocional adulto… alimentan las rabietas.

Y por último, en líneas generales, la respuesta adulta ante una rabieta ha de tener dos vertientes: las emociones y las conductas.

-         Ante las emociones, siempre atenderlas, ayudando a nuestros hijos a identificar la emoción, con empatía y respeto, ya que la expresión emocional es muy saludable. “Entiendo que, comprendo que” son verbos que son necesarios (aunque a veces te cueste entender ). Para atender a una emoción infantil hay que saber controlar las adultas. Si ante una rabieta, mi reacción es de enfado, ¿cómo le ayudo a controlar sus emociones si yo no sé controlar las mías?
-         Ante las conductas, firmeza y coherencia. En educación hay que ser creíble. Si has dicho No, haz No. Si les has dicho que para poder ver dibujos, hay que estar con el pijama puesto, cúmplelo, sin chantajes, manipulaciones ni regañinas. Piensa lo que dices, y lo que digas, hazlo. Las contradicciones entre lo que pensamos, decimos y hacemos generan inseguridad y desconfianza, y las rabietas desajustadas pueden ser el espejo de la inseguridad infantil.

Antonio Ortuño Terriza
Psicólogo Infantil
www.familiasinteligentes.com
Publicado también en www.nutribén.com

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